Los endoscopios de fibra óptica tienen ahora un uso generalizado en medicina y se han convertido en una guía para una miríada de procedimientos diagnósticos y terapéuticos debido a las menores tasas de morbilidad asociadas a incisiones más pequeñas y a las técnicas quirúrgicas de menor exposición, lo que ayudó a su rápida aceptación.La cirugía endoscópica de los senos paranasales se realizó por primera vez en la década de 1970 y se convirtió en el estándar de atención en la década de 1980. Desde entonces, las indicaciones de la cirugía endoscópica de cabeza y cuello han seguido ampliándose, con aplicaciones en la endoscopia del oído medio en otología, la cirugía de la base del cráneo (gestión de las fugas de líquido cefalorraquídeo, descompresión del nervio óptico, resección de tumores), la cirugía del cuello (tiroides y paratiroides) y la dacriocistorrinostomía. Sin embargo, experiencias recientes han sugerido que el uso de endoscopios, como en otros procedimientos mínimamente invasivos, puede permitir la reparación de fracturas faciales a través de incisiones más pequeñas con una exposición menos amplia. Entre las primeras aplicaciones del tratamiento endoscópico de los traumatismos faciales se encuentran las fracturas subcondíleas de la mandíbula y las fracturas orbitarias.