Diferentes compuestos carbámicos han sido introducidos para reemplazar a los pesticidas clorados y organofosforados. Aunque éstos son considerados biodegradables, algunos de ellos son muy tóxicos y sus residuos han sido encontrados en al ambiente. Además, la degradación de algunos de ellos genera metabolitos que también pueden ser peligrosos. Se ha demostrado que muchos agentes químicos no son mutagénicos por si mismos sino que requieren de los metabolismos animal o vegetal para provocar daño en el ADN, es decir, un promutágeno o mutágeno indirecto puede ser convertido en mutágeno por la activación metabólica. Por ello es importante conocer la influencia que sobre los plaguicidas carbámicos pirimor-50 y lannate-90 tienen ambos metabolismos, usando al intercambio de cromátidas hermanas (ICH) como criterio de daño genético tanto en células meristemáticas de las raíces de "Vicia faba", como en los linfocitos humanos en cultivo, con tratamientos directos y exposiciones donde se agregaron las fracciones microsómicas animal y vegetal. Los resultados mostraron que ambos insecticidas fueron capaces de inducir ICH en los cromosomas de las células meristemáticas de la raíz de "Vicia faba".